Podré estar entre ellos pero nunca seré unos de ellos. Es una verdad simple, sin rebeldía, sin melodrama, obvia. Aunque ellos crean en algún momento haberme sumado, aunque yo así lo crea también, en algún momento.
Esto es una realidad alucinante, más extraña que casi cualquier cosa que yo pueda experimentar, y lo vivo a diario. Si alguien se fijara, si tuviera la penetración mental para darse cuenta se asombraría, y esto es decir poco, de la cotidianeidad que voy llevando.
Me siento un poco mejor entre los excluídos (con todo y saber que cada quién está condenado a su hermetismo invencible), entre los que han sufrido un poco más que la persona promedio, los que han cargado con un tipo específico de padecimiento: la marginación.
Ese soy yo y me quiero asi, nunca me querré distinto.
jueves, 5 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario