Sé que regresaré al cementerio. Pero no como inquilino, aún no. Regresaré a hacer lo que hice la última vez. Es el cementerio más antiguo. Ahí verás mausoleos, tumbas de principio de mil novecientos.
Voy a cazar la historia. Voy a cazar la novela.
En alguna de estas tumbas están, lo sé, algunos personajes de mi novela. Puedo sentirlo. La historia me llama y me golpea los sentidos, me atormenta, me ofusca, me aisla.
Es un substrato natural de mi mismo. Cuando la escriba moriré o podré morir. Necesito un poco más de vida.
martes, 18 de septiembre de 2007
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