Frustración
Hoy, exactamente, tengo ganas de escribir. Pero no lo haré. Solo el pedazo de carne de este post. Y nada más. Me pregunto de nuevo si mis prioridades están bien planteadas. No, si bien planteadas están. La verdadera pregunta es si he jerarquizado correctamente mis prioridades.
Hago lo que me aleja de escribir. Y eso es cotidianeidad. Tengo que trabajar y no escribo. Tengo que leer y no escribo. Si entregarse a la escritura es como tener mujer: es celosa y no admite excusas. Pero una mujer que te quiero poco y a parte de eso la abandonas todos los días de ocho a seis. No te quejes si se va con otro(o con otra), maldito.
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