Hay que dirigir el azar
O hay que intentarlo.Al final nos bota el su lomo y nos cornea arrastrándonos por todo el polvo. Y no le basta, lo repite. Pero, a veces, muy a veces, nos da lo que buscamos. Es como esa gota de lluvia que cae justamente dentro del un anillo perdido en el suelo de una calle sola. Parece que he agregado un buen enlace hoy.
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