martes, 30 de enero de 2007

Viernes 3 A. M.

A unas horas de que se terminen mis vacaciones, exactamente once con 10 minutos, trato de escuchar la canción y el momento se hace perfecto, debería de serlo.Por lo menos el ambiente se presta: es de madrugada, circula un frío moderado por el cuarto y estoy solo.

Ah, si, el silencio.

Dos semanas de nada.Quince días huyendo del teclado y, hoy, afrontando estas últimas horas como quien mira cola de la serpiente que se retira mejor hacia la sala.
Debería de serlo pero el reproductor se negó tres veces y la tuve que escuchar en línea y, además, es una versión en concierto con un entrometido talentoso que termina de estropear el ritual.
No, definitivamente: no hay nada en el mundo real que pueda ser espejo de esta canción.

(Don't lose your mind)

 
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 License.