sábado, 24 de marzo de 2007

Viaje en autobús

Abro los ojos. Tráfico. En mi carril los motores encendidos y
las llantas sin girar. Tengo sueño pero mi cuerpo no se duerme.
Corro un poco más la cortina y el panorama se completa. Fue por hacer algo. Cualquier cosa. Lo menos extraño, lo más normal: correr un poco la cortina. ¿Y si le hablo?
'¿Le molesta?' (El aire frío y el viento que entran por la ventana) ¿Y si lo hago? ¿Querrá estar conmigo interminables días si le hablo? Recuerdo, entonces, a Jaquelin y su resignación y por este solo momento siento lo mismo.

Cierro la ventana y los ojos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es mejor asi. Uno quiere o no quiere. Esta vez no queriamos.

Quien sabe si al abrir los ojos ya olvidó la escena.

 
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