martes, 28 de octubre de 2008

Marihuana

-Yo se donde conseguir.
Le creí y dejé que las cosas pasaran. El auto se detuvo en una colonia por la que yo había pasado muchísimas veces, sin sospechar. Se bajó y desapareció en el fondo de la calle oscura. Pero no tanto. Fijándome bien y haciendo un esfuerzo todavía pude ver su delgada, escuálida figura en la penumbra de un zaguán de lámina. Apenas pude ver que entró. Ya está pasando, pensé. Tuve una decepción contenida por no estar ahí, realizando la compra. Hay cosas que no le toca a uno vivirlas y punto.
Al principio me pareció normal pero había algo distinto en él y eso era el color del peligro, que en la cara de la gente es cualquier color pero pálido.Se subió al carro, cerro la puerta,"Vámonos" le dijo a Sheila y ella sumió el acelerador hacia su casa.
En la casa de Sheila se hospeda San Simón. Le saludamos al entrar y yo muchas veces durante la velada.

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