lunes, 22 de octubre de 2007


Cuando el semáforo se pone en rojo yo puedo cruzar la calle y sentir la relativa seguridad que ningún automovilista me embestirá a su gusto.
A cambio de esto yo debo de respetar el código de luces del semáforo. Ahora bien, para la vida en general yo tengo (o debería de tener) la sensación de que nadie puede venir y matarme impunemente
sin, al menos, atenerse a las consecuencias.
De nuevo, en pago, me veo estimulado a ser respetuoso de los demás y de las leyes y normas de la sociedad en general.
Si yo respeto y protejo a los demás los demás deben hacer otro tanto por mí.

¿Pero que pasa cuando no es así? ¿Qué pasa cuando estas leyes son violadas bárbaramente y, para agravar, el objeto del crimen son seres inocentes y no hay el menor castigo para esta acción?
Se me ocurre una respuesta: la sociedad ha fallado. Esa convención opresiva que es la sociedad fracasa voluptuosamente. Todos lo saben. Todos acarrean parte de la culpa así como son cuidadanos.
Y es jodido. La culpa queda en el inconsciente y para vivir en paz el alma tratará siempre de expiarla.

En el caso de 'The Grudge' ya no es posible esta expiación porque ya no hay culpable material. La sociedad ya no puede tomar venganza pero queda burlada. Esa es la ira de Toshio y Kayako, por eso regresan de la muerte para hacernos pagar a todos. O por lo menos los que se atrevan a entrar en su casa.

Aunque se trate de un refrito gringo a mi me gustó mucho esta película. Vale decir que quedé impresionado. Sin ganas de ver la original Ju-On. Queda recomendada

When someone dies
on the grip of a powerful rage
a curse is born.
The curse gathers
in that place of death.
Those who encounter it
will be consumed by its fury...

2 comentarios:

Andromeda dijo...

no puedo opinar porque no la he visto, quedo invitada a hacerlo.
saludos Tzi

gatos dijo...

No la mires de noche, ok?

 
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 License.